viernes, 23 de septiembre de 2011

Gente suelta por el mundo. Ejemplo Nº37




-Y vosotras, ¿de dónde sois?
-De Nueva Zelanda
-Ah!, yo estuve una vez en Australia y no me gustó. No me gustan todos esos países donde la gente no hace ningún esfuerzo. Nosotros, en Francia, en todos los museos, lo traducimos todo al inglés pero luego, cuando nosotros vamos a esos países, nadie nos habla en francés, sólo hablan inglés y no hay nada traducido.


No, queridos amigos, esta conversación no me la acabo de inventar, la presencié en una furgoneta en Malasia. La susodicha hablaba en francés todo el tiempo y sólo cuando quería una respuesta o quería estar segura de que las pobres neozelandesas la entendían, usaba el inglés.
Dragones de Komodo


-¿Y qué animales tenéis en tu país?
-(Con una gran sonrisa que dejaba claro que era una broma) Pues tenemos ovejas y vacas.
-Ah! ¿vacas? Bueno, nosotros tenemos muchas vacas en Normandía. 


domingo, 18 de septiembre de 2011

Un poco de "no hurries" y mucho de "no worries"


Arrozal cerca de Ubud, Bali

"Va caminando sin rumbo, lleva la calma del vagabundo". El Viejo. La Vela Puerca
-¿Qué día es hoy?
-No sé, no tengo ni idea
-¿Cuándo acaba el Ramadán?
-Pues debe ya acabar uno de estos días
-¿Cuánto tiempo llevas viajando?


Dicen que, a menudo, el trayecto, el viaje, el "journey", es más importante que el propio destino al que nos dirijimos. Para mi, que no sé a dónde voy, está claro que lo está siendo. Quizás no soy del todo consciente porque hay algunas preocupaciones que en mi anterior vida me asediaban que en la actual he dado de baja y ya no pienso ni en los días de la semana y, por tanto, ni sé cuándo empieza el fin de semana. Las fechas sólo me dicen algo si tengo un vuelo que coger en los próximos días o he de llamar a mi madre por su cumpleaños.
Orangután en Bukit Lawang N.P., Sumatra, Indonesia
Hace unos días, sin embargo, me preguntaban por el día que era y, al pensarlo, me he dado cuenta de que, casi sin darme cuenta, se acaban de cumplir 6 meses desde que salí de Madrid. Medio año de viaje que me han hecho pararme a pensar un poco, aunque realmente no le quiero dar demasiada importancia a la fecha porque no es, ni más ni menos que eso, una fecha. Antes, en mi vida laboral, habría sido un H, un half, pero ahora no significa nada y aunque intento darle algún tipo de significado, no lo encuentro porque no me tomo este periodo de mi vida como algo cuantificable.
En el mercado de Berastagi, Sumatra. Indonesia

No quiero hacer una valoración o una recapitulación de lo que han sido estos meses porque esto sigue en marcha, no se para y continua, pero sí que es cierto que en breve se producirá un cambio importante en el viaje que ya comentaré en su momento. Lo que sí he pensado, a modo de análisis, ha sido hasta qué punto se ha cumplido el nombre de este blog.


Esta mañana le daba vueltas intentando poner un número, pero no creo que se pueda, así que digamos que la parte "no worries" se ha cumplido bastante, incluso puedo decir que mucho. De hecho, apenas tengo preocupaciones. Si acaso me he preocupado por la ruta y por poderme acoplar a las visitas de mis amigos, que en algún momento parecía que iban a coincidir en el tiempo pero no en el espacio y aunque me dirijo con paso firme a un estadio de existencia casi celestial, la omnipresencia aún me queda lejos. 
Volcán Sibayak, Berastagi

En un templo cerca de Ubud

Preocupaciones, en realidad, no tengo. En realidad, sí tengo una, pero esa preocupación es precisamente mi objetivo para la etapa sudamericana del viaje, así que lo que siento ahora es la inquietud por empezar a descubrir cómo va a evolucionar.


La parte de "no hurries" se ha cumplido menos. Si lo comparo con el resto de mis viajes, en los que siempre tenía un tiempo limitado, no hay color. Ahora dispongo de mucho más tiempo y hay días en los que no me apetece hace nada, disfruto mucho más las horas y no me estreso si dejo de ver sitios que inicialmente tenía planeado o que supuestamente forman parte de los que "hay que ver". Voy con mucha más calma y planifico con tiempo de sobra para tomármelo con tranquilidad.
Mucha vida en esa piel. Mt. Batur, Bali 

Las islas han ejercido un extraño influjo sobre mi que me ha hecho permanecer en ellas al menos una semana en cada una, simplemente por el placer de no tenerme que mover ni tener que pensar en enlazar el ferry con el bus, pero también por la tranquilidad que me han dado y porque me han dejado mucho tiempo libre para mirar las evoluciones de los geckos desde la hamaca, ver peces de colores, escribir o leer. 


De hecho, en estos seis meses me he leído 27 libros. El primero fue "La invasión ha comenzado", que con gran humor e inteligencia escribió el ínclito Pablo Álvarez y el último ha sido "Geografías", del orfebre Benedetti.


A veces me marcho de los sitios porque me preocupa tanta relajación y pienso que quizás hay otro sitio impresionante que me esté esperando dos islas más allá, así que pienso "tengo que moverme", entonces me intento concentrar en reunir las fuerzas suficientes para poder tomar dos decisiones que, básicamente consisten en decidir el próximo destino y preguntar a qué hora sale el ferry. A veces ese proceso me lleva dos días.
Me recuerda a uno de los gitanos de la película Gato negro, gato blanco

Ha sido en las islas donde más sensación he tenido de estar relajado, de estar realmente en un sitio y pasar tiempo con el solo objetivo de estar sin sentir el estar permanentemente en marcha. En fin, donde más he cumplido los principios del "no hurries" que espero practicar intensivamente en unos meses.


La verdad es que tengo ganas de pasar a la etapa sudamericana del viaje, al destino, quién sabe si intermedio o final de todo esto. 
Gili Trawangan, Lombok. Indonesia

Antes de acabar, quiero mandar muchos besos a todos mis compañer@s de viaje e incluir unas felicitaciones a unos cuantos amigos a los que quiero mucho y que van a ser papás o se han re-casado: Carmen y Álvaro, Paula y Alberto, Gema y Manzano, Marivi y Flaky, Elena y Gonzalo y Mariló y Nacho. Tambien dar las gracias a Manolo, que me hizo el seguro de viaje que me acaba de salvar la vida y muy especialmente a mi renovada amiga Patricia, que me regaló un iPhone que me mantiene en contacto con el más allá, con los amigos y me permite leer el periódico offline. Hay cosas que no cambian. Patricia, mil gracias, no sabes lo mucho que esto me ha ayudado.


Los laosianos practican un budismo algo particular y conciben la vida como disfrute. Trabajar es estresante y no favorece al espíritu. Hay que disfrutar de cada cosa que se hace y, si estas disfrutando, que mas da que dure una hora o tres! María Fdez. Sabau
Una isla, camino de Flores. Indonesia