jueves, 19 de enero de 2012

La Patagonia rebelde: too blue to be true

Il n’y a plus que la Patagonie, la Patagonie,
qui convienne a mon immense tristesse…
Blaise Cendrars. Prose du Transsiberien
2012_01_01 El Calafate to El Chaltén - Argentina 008Como ya adelantaba hace unos días, el 2012 será un gran año y así empezó. La primera semana ha sido frenéticamente intensa, quizás la más llena de actividad desde que salí de Barcelona, pero ha sido un completo aprovechamiento del tiempo para estar con unos amigos y disfrutar de algunos de los lugares más bonitos que he visto en toda mi vida. Día tras día y casi en progresión continua he ido viendo lugares de esos que son difíciles de describir con palabras y cuyas fotos no hacen justicia, espectáculos de la naturaleza cuya recompensa al tenerlos delante es aún mayor por el esfuerzo realizado para llegar a enfrentarlos.

Después de una tranquila nochevieja, y un excelente cordero preparado por la inigualable Emma, el día 1 partí con unos amigos desde El Calafate hacia el glaciar Perito Moreno, uno de esos lugares mágicos que puedes visitar miles de veces sin que deje de impresionarte.
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Desde el mirador que hay unos kilómetros antes se muestra parte de su inmensidad, pero lo mejor está por llegar porque este glaciar es tan accesible que te puedes acercar tanto que casi lo puedes tocar. Tocar no, pero sí que lo puedes escuchar porque cada pocos minutos se desprenden trozos de hielo que producen un estruendo al caer al agua como si medio planeta tierra se hubiese desplomado.
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Ese color azul, tan azul, parece irreal: too blue to be true. La forma en la que el hielo se retuerce sobre sí mismo, formando extraños pináculos y cavidades donde el color es aún más intenso. Pensar que esa masa de hielo lleva formándose cientos, miles de años hasta que se precipita al agua.


Naturaleza en una de sus formas más espectaculares.
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A la vuelta paramos en una de esas enormes estancias que salpican la Patagonia cada muchos kilómetros. El espacio que la rodea es inabarcable y, como dijo mi amigo Pere (que batió ese día el récord de fotos en un día con 8500 disparos sobre el glaciar): "qué grande es el cielo aquí".
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¿Por qué los taxistas de todo el mundo dicen tantas tonterías y no se dan cuenta de que ni a un antropólogo le interesa lo que puedan decir?

Al contrario que en los países cercanos al ecuador, donde la noche te sorprende antes de que te de tiempo a cansarte, aquí los días duran todo, todo el día me refiero y eso te permite disfrutar muchísimo más y poder, por ejemplo, pasar el día en el Perito Moreno, volver a El Calafate y montarte en un bus camino del próximo destino con muchas horas de luz por delante.
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Al salir del pueblo y con el inmenso Lago Argentino y sus tonalidades verdes y azules por testigo, nos adentramos en la profundidad de La Patagonia. Terrenos yermos azotados por el viento y el frío, atravesados por esos ríos ese color azul plomo que ya vi en Nueva Zelanda y donde sólo se ve la huella del hombre cada varias decenas de kilómetros. No hay nada, pero el camino no se hace pesado ni aburrido, al contrario que cuando cientos de kilómetros que no presentan variación alguna, aquí siempre hay un nuevo ángulo con el que observar la cordillera, un nuevo río, un glaciar que se divisa a lo lejos y la cambiante luz que va modificando la iluminación del paisaje.

Una única parada en una estancia que, aparte de haber sido la base para las primeras expediciones "andinistas", en 1905 tuvo como ilustres visitantes a los legendarios Butch Cassidy y Sundance Kid.

Una hora más tarde, su majestad el Monte Fitz Roy, que preside desde lo alto El Chaltén, nos daba la bienvenida a este pueblo, denominado la capital sudamericana del trekking y que tan buenos momentos nos iba a ofrecer en los 4 días siguientes.
2012_01_01 El Calafate to El Chaltén - Argentina 0282012_01_01 El Calafate to El Chaltén - Argentina 041Son las 12 de la mañana y aún no hemos empezado a movernos, pero tenemos horas más que suficientes para hacer algo y el camino elegido es el que lleva a la base del Cerro Torre, esa masa de granito y hielo que es considerada como una de las escaladas más peligrosas y extenuantes del mundo. 
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De hecho, tuvo que esperar hasta 1974 para que Casimiro Ferrari se convirtiera en la primera persona humana en conquistar su cumbre.
El Cerro Torre es la más espectacular convulsión geológica que la corteza terrestre haya lanzado hacia el cielo. Lionnel Terray, miembro de la primera expedición que venció al Cerro Torre
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No podía ser verdad. A una hora de comenzar a caminar estábamos disfrutando de un paisaje espectacular, como si nos hubiéramos transportado a un lugar de ensueño. Enormes moles de piedra forman un valle en el que los mismos árboles que levantan 40 metros en otros lugares, se convierten en pequeños bonsáis por la acción del viento y en el medio, un río que baja con una fuerza tremenda por el deshielo. Me encantaría poder hacer kayak.

Al fondo empezamos a apreciar el glaciar que hay bajo nuestro objetivo y que acaba en un lago. El cielo está muy cerrado, pero la montaña es imprevisible y confiamos en que el viento arrastre las nubes y nos deje apreciar la silueta de los cerros que esconden.
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Esta vez no tuvimos suerte, pero todo el trayecto es un auténtico regalo, una sucesión de montañas nevadas, ríos, bosques y, al final el glaciar y el lago.
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Ha sido un espectacular primer día en El Chaltén y se merece ser festejado con un festival carnívoro, aunque me da pena porque Tina, la más montañera de todos está de baja y no ha podido acompañarnos.


El día siguiente nos levantamos con idea de hacer una excursión fácil a una catarata, pero seguimos con la costumbre de destrozar los mínimos planes que podamos hacer y acabamos subiéndonos a un bus casi a la carrera.

Bordeamos la cordillera por un camino de tierra que conduce hacia la frontera chilena, una frontera que ha provocado no pocos conflictos y que sólo recientemente acabó de ser definida. De hecho, El Chaltén, el pueblo más joven del país, se fundó en 1985 como modo de demostrar que había argentinos en esas tierras y así poder justificar esa zona frente a Chile.

Nos dirigimos al Lago del Desierto, llamado así porque allí no hay nada, no vive nadie. El nombre no es muy atractivo, pero no me desanima. En vez de acercarnos al lago, decidimos subir hasta otro glaciar al que se llega atravesando un impresionante bosque muy húmedo en el que hay muchísimos troncos retorcidos, como si hubieran sido castigados. 
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Todo es muy extraño, hay algo en este lugar que me inquieta. Me siento observado y noto una fuerza sobrenatural a mi alrededor
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Al mirar la foto de arriba quizás no lo podáis advertir, especialmente si estáis leyendo esto desde vuestros bonitos iPhones o similares, pero ya os facilito yo el trabajo, queridos miopes.
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Ahí lo tenéis, este bosque tienes seres extraños que nos vigilan pero eso no me preocupa tanto. Aparte de la misteriosa compañía que nos observaba en el bosque, hoy tenemos a una persona, esta vez humana, que nos acompaña y que me incomoda tanto como los monstruitos de musgo. Lleva unas gafas que parecen antenas parabólicas y la montura me recuerda a las legendarias que Rappel inmortalizó, esas que parecían estar al revés. Es la típica persona a la que el bus tiene que esperar porque se ha empanado o se ha perdido y, cuando llega, invariablemente cuenta una historia acerca de una extraña fuerza de la tierra, de unas apariciones de algún fenómeno paranormal, de su simbiosis con la pachamama o de un encuentro con seres de un planeta desconocido que la han dejado aturdida y, al levantarse, se ha dado cuenta que llegaba tarde. En fin, uno de esos personajes que me voy encontrando por el mundo.

Efectivamente, tan pronto llegamos al lago, la iluminada, apodada “la loca chilena”, desaparece, pero la volvemos a localizar al poco tiempo en lo alto de un cerro en el que, según parece, la recepción de la fuerza es óptima. Compruebo que abre sus brazos en un ángulo que, según luego me cuenta, le permite sincronizar su cerebro con Plutón y Venus a la vez y lograr la perfecta comunión de su karma con el universo. Casualmente, sólo en ese punto del planeta y unos días cada cientos de años es posible lograr esta conexión interplanetaria. Te aporta, dice, una especie de energía nuclear, pero sin residuos, es como viajar a Ganímedes. Habla como si de una elegida se tratara, como si fuera la versión femenina de Matrix, pero sin pantalones de cuero.

Me encanta ir en bus porque tengo tiempo de leer y de contar las cosas con más detalles, para que nadie se pierda los mejores momentos del viaje. Me he desviado un poco, pero es que luego mucha gente me dice “debes estar conociendo mucha gente interesante” y claro, me da un poco de apuro contar este tipo de encuentros.

Lo que más me alucina de este país es la variedad de paisajes y que puedes visitar lugares que apenas se pueden ver en otro lugar del mundo y, si puedes hacerlo, suelen ser de complicada accesibilidad. Sin embargo aquí nos encontrábamos de nuevo frente a un glaciar, más bonito que el del día anterior y al que habíamos llegado tras subir durante apenas un a hora.
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Como dijo Tina, “lo de mañana tendrá que sea muy espectacular para poder superar esta belleza”.
“You have to find out for yourself. Take the leap. Go as far as you can. Try staying out of touch. Become a stranger in a strange land. Acquire humility. Learn the language. Listen to what people are saying.” Fresh Air Fiend, Paul Theroux
Dedicado a mis amigos Tina, Emma y Pere, que me han hecho pasar unos días inmejorables. Besos a todos y a los que no pudieron venir

domingo, 15 de enero de 2012

Sur o no Sur: cambio de planes no planeados. Argentina


El personaje que escribió estas notas murió al pisar 
de nuevo tierra argentina, el que las ordena y pule, yo,
no soy yo, por lo menos no soy el mismo yo interior. 
Ese vagar sin rumbo por nuestra "Mayúscula 
América" me ha cambiado más de lo que creí. Ernesto Che Guevara 
Y llegué a la Argentina, la tierra de Maradona, del Fernet, de Kevin Johansen, de Mafalda, del Che Guevara, de la pasión llevada al extremo, el país donde la religión mayoritaria es el fútbol y el segundo lugar, después de Barcelona, donde más argentinos hay. 


Describir a los argentinos es harto complicado. Podría decirse que son chovinistas, orgullosos y se quejan como los franceses, que son lisonjeros y aduladores como los italianos, fanfarrones y equilibristas de las normas como los españoles y negociantes como los judíos.
En realidad, con tal mezcla planetaria es imposible aglutinar a todos en una sola descripción y sería injusto identificar a todo el país con el estereotipo del porteño que llega a España. Independientemente de si la descripción anterior se acerca a la que vosotros haríais, lo que puedo afirmar sin lugar a la discrepancia es que los argentinos han hecho mucho daño a los españoles. No a todos, sólo a los hombres. Desde su masiva llegada hace unos años han acostumbrado a las españolas a recibir lisonjas, promesas, halagos y piropos de un nivel estratosféricamente avanzado al que los locales no logramos ni acercarnos y esta situación ha provocado que nuestras relaciones con las mujeres se hayan vuelto aún más complicadas. Incluso conozco a gente que se hace pasar por argentino para ver si alguna "mina le da bola" o se apunta a cursos para hablar como ellos, que parece que tiene más éxito. 


Pero no me quiero desviar del tema ni que parezca que les guardo algún rencor. Como decía, definir a los argentinos es tan complicado como entender la argentinidad o el peronismo, que parece que ha pasado a llamarse Kirchnerismo o, últimamente, Cristinismo.


Plaza de Mayo: Parece que todo se concentra aquí. Llego al país en un momento histórico y complicado y casi todo lo que está sucediendo se puede aprender en esta histórica plaza donde se encuentra la Casa Rosada. En poco meses se cumplen aniversarios de dos de los hechos que más han marcado la historia reciente del país. Me refiero a los 10 años del "corralito", que dejó al borde de la indigencia a gran parte de la clase media del país y del que aún se están recuperando y los 30 años de la infame guerra que la dictadura se inventó en sus últimos meses de vida. Para colmo, una de las instituciones más conocidas y respetadas del país, Las Madres de la Plaza de Mayo, están siendo investigadas por corrupción y desvío de fondos.

Sin embargo y sin salir de la plaza, lo más destacado de las últimas semanas y años ha sido la reeleción de Cristina Kirchner, la reina absoluta de Argentina, una presidente más populista que Chavez y más autoritaria que una dictadora, que cultiva una patética imagen de viuda llorona y de madre del pueblo necesitado y que se organiza exposiciones fotográficas de autobombo en las que muestra su sufrimiento por cuidar al país. Creo que cualquier día se teñirá de rubia para parecerse más a su imitada Eva Perón y cambiará las leyes para perpetuarse en el poder. Antes no entendía cómo esta mujer había salido reelegida, pero ahora lo entiendo. Algunos lo llaman "hipnocracia". Ay, si no fuera por toda esta gentuza, este país iría como un cohete. Leed este blog
¡Argentina, región de la aurora!
¡Oh, tierra abierta al sediento
de libertad y de vida,
dinámica y creadora!
Rubén Darío
Planes milimétricamente intercambiables
Después de pasar unos días en Buenos Aires, el plan era tomar, que no coger, un bus que nos ayudara a devorar unas cuantas millas por la noche y, desde allí, alquilar un coche para aventurarnos por la legendaria Ruta 40, la única carretera con web propia, que vertebra el país durante 4.874 kilómetros. El destino elegido para la primera parada era Bariloche, pero acabamos en Puerto Madryn, puerta de entrada de la Península Valdés, donde llegamos después de 20 horas de bus, 3 de las cuales fueron necesarias para salir de la capital. A pesar de que la cifra de 20 horas asusta, no se me hizo pesado, era el primer día de ruta por Argentina, me apetecía salir de la capital y tenía por delante dos semanas para disfrutar de unos amigos y de un viaje que ya empezaba a escabullirse de un plan que nunca llegó a existir.


De todos modos, ¿para qué son los planes? 
La sabiduría de la mala suerte se convirtió en la mejor de las noticias y lo que iba a ser un road trip atravesando unos 3000 kilómetros de la enormidad argentina se tornó en una experiencia totalmente diferente. Ante la imposibilidad de encontrar un coche de alquiler, nos quedamos con la opción de atravesar el país en bus. En cualquier otro lugar prefiero la libertad del coche, poder salir cuando quieras y detenerte donde desees, pero en este caso fue una suerte no tener que conducir durante miles de monótonos kilómetros en los que no hay nada diferente a las 20 horas anteriores.
De hacer en coche la Ruta 40, que es una carretera sin asfaltar, pasamos a la Ruta 3 en bus y aunque nuestra aventurera roda trip se había evaporado, pudimos disfrutar cómodamente del paisaje y la lectura desde nuestros cómodos asientos.
Todo lo trascendente de nuestra empresa se nos escapaba en ese 
momento, solo veíamos el polvo del camino y nosotros sobre la 
moto devorando kilómetros en la fuga hacia el norte. 
Ernesto Che Guevara 
Puerto Madryn es una ciudad que no tiene nada en tierra firme. Lo único que te puede llevar allí es contemplar las ballenas que se pueden ver desde la costanera, es decir, el paseo marítimo. A pesar de ser un importante puerto pesquero, fue imposible hacer una pausa en la dieta carnívora porque no hubo manera de encontrar pescado en un país donde parece pecado comer otra cosa que no sea carne, pasta o empanadas. Nuestro objetivo era visitar la Península Valdés, un sitio alucinante donde pudimos comprobar lo duro que habría sido recorrer las carreteras de tierra cercanas a los Andes, pero que disfrutamos tremendamente por la posibilidad de contemplar paisajes imponentes y un buen número de animales de esos que impresionan al más insensible.


Inmensas llanuras solitarias, aisladas estancias, acantilados, playas kilométricas azotadas por un mar embravecido, guanacos, leones y elefantes marinos, orcas y pingüinos. Un comienzo alucinante para el viaje.


Se acerca fin de año y tenemos que decidir dónde lo celebraremos.


PD: Recomiendo ver las películas Nueve Reinas y Memoria del Saqueo
Cada vez que me pregunto de dónde sacamos tanta fuerza, miro a un argentino o argentina a los ojos y lo entiendo todo. Cristina Fernández de Kirchner

viernes, 6 de enero de 2012

Chile y Portugal, los vecinos de al lado



Valle de la Luna - Atacama
Chile es un país delgadito y alargado, muy alargado. El tamaño no tiene nada que ver, pero la forma se asemeja, en cierto modo a la de Portugal. Además, los dos países limitan al oeste con un océano y al este con un país mucho más grande que ellos. De hecho y a riesgo de que éstas similitudes molesten a muchos, ambos países crecen a la sombra de su vecino grande y, casualmente, se repiten algunos patrones que afectan de igual manera a unos y otros.

Tanto chilenos como portugueses son reservados, conservadores y tímidos, muy tímidos si los comparamos con sus vecinos, que no sólo son ejemplo de todo lo contrario, sino que son países donde la gente es mucho más bullanguera, marrullera, tramposa, informal, "vendetodo", etc., lo que ha debido ejercer una influencia a lo largo de los años que ha impedido que sus vecinos menores desarrollen esas mismas capacidades, refugiándose en lo opuesto, por suerte.

Tanto Argentina como España menosprecian a sus vecinos. Bueno, España, que siempre se ha sentido el culo de Europa, sólo alcanza a ningunear a Portugal, a quien no presta la menor atención, mientras que los argentinos, que se sienten superiores por defecto, ningunean a todo el planeta, especialmente a cualquier otro país latino porque en realidad ellos se consideran europeos que, por algún error de la Creación, han acabado en el Cono Sur.

En ambos casos, los pequeños se miran en el espejo de su vecino grande y se intentan comparar con ellos. Para los chilenos, estar por encima de los argentinos en cualquier cosa, ya sea en un indicador socio económico o en un deporte, es motivo de orgullo nacional. Sin embargo, parece los Andes es mucha separación y los argentinos ni se preocupan por los del otro lado de la cordillera. Ellos prefieren jugar en otra liga y, cuando menos, se comparan con Brasil, aunque realmente prefieren medirse con Francia, salvo en el fútbol.

Aquí se acaban las similitudes. Me gustaría decir que Chile, que ha sido ejemplo de seriedad económica para muchos países, está muy lejos de la crisis que azota Portugal, pero no. Aunque la economía chilena ha marchado con paso firme durante los últimos años, parece ser que en el camino se olvidaron de las políticas sociales y los ingresos de la minería se han destinado a otras cosas que parecen ser más prioritarias que las personas.
Socialmente hablando, Chile es un desastre. Las desigualdades entre ricos y pobres son enormes y las políticas redistributivas casi inexistentes. La jubilación está privatizada y casi todo el mundo requiere de un seguro médico privado, pero lo que ha motivado intensas quejas durante todo el 2011 ha sido la educación, especialmente la universitaria. Sorprende que, a pesar de lo boyante de la economía, no existan universidades públicas. No digo gratuitas, sino públicas. Las educación universitaria es privada y cara, lo cual ayuda a ensanchar la brecha entre las clases acomodadas, que se pueden permitir acudir a instituciones donde el nivel educacional es bueno, y las clases bajas que, o no se lo pueden costear, o se tienen que endeudar para poder acudir a centros donde la prioridad no es la educación, sino el LUCRO.
Las calles de Santiago dan buena muestra del descontento social de uno de los países más desiguales del mundo y donde el presidente, un multimillonario metido a político, tiene la peor valoración de todo el continente, a pesar de haber derrotado al partido de la ex-presidente Bachelet, que dejó el cargo con la mejor valoración de la historia. Extraña sociedad.
No quiero que estos comentarios parezcan un punto negro en la visita a este país tan espectacular del cual me marché antes de lo que querría para poder llegar a tiempo a ver a unos amigos. En realidad, aparte de Santiago y una rápida visita al Cajón del Maipo, sólo he podido disfrutar de la fronteriza ciudad de Arica y, por supuesto, del espectacular desierto de Atacama, unos de los lugares más impresionantes que he visto. Cuando dices desierto parece que va a ser una enorme extensión cubierta de arena, pero aquí, esos inmensos espacios abiertos que impresionan a cualquiera adoptan diferentes y originales formas en cada rincón y se manifiestan tanto en formaciones de roca y arena, en lagos altiplánicos a más de 4000 metros de altura, en salares, volcanes o geyseres. En resumen, otro de esos mágicos lugares que estoy teniendo la tremenda suerte de descubrir.

Esta ha sido la parte árida de la visita, pero volveré para ver la zona de los glaciares de Torres del Paine (si se apaga el fuego), la isla de Chiloé y la zona de los lagos de Pucón.

Por cierto, que nadie se me ofenda con los tópicos. Chilenos y argentinos me han tratado muy bien y no tengo ninguna queja, sino todo lo contrario, palabras de agradecimiento.

Salar de Tara - Atacama

Dejo que el mundo crea que me va ganando. ¡Pero el tiempo está trabajando a mi favor! Pau Riba.    

Geysers del Tatío - Atacama