viernes, 25 de marzo de 2011

Liverpool Hut - Mount Aspiring National Park - NZ


Las botas Chiruca de los López

En la entrada de la casa de mis padres hay un arcón en el que se guardan los zapatos. Cuando era más pequeño estaba llenos de botas Chiruca que usábamos para ir al campo. Había de todos los tamaños, como corresponde a una familia numerosa, así que siempre podías encontrar tu número. Nunca era un par nuevo, al menos para mi, pero siempre había alguno de mi talla.

En verano, todo el contenido del arcón, junto con los integrantes de la familia, nos mudábamos a la casa de mi abuela en la mundialmente conocida "sierra de Madrid", que es un sitio concreto y de ubicación definida, al contrario que la no menos conocida "playa de Madrid", que se extiende, sin fin, miles de kilómetros a lo largo de la costa peninsular.

Durante nuestra estancia veraniega, López Sr. nos hacía madrugar, repartía botas para todos los López y nos llevaba a subir a los montes de la Sierra de Guadarrama para poder dejar tranquila a mi madre y que pudiera pintar o dedicarse a sus manualidades.

Durante los últimos días he hecho unas cuantas caminatas y, mientras andaba, me he acordado mucho de esos inicios campestres y de todas las excursiones posteriores que he hecho con muchos de mis amigos. Evidentemente, el paisaje del Matukituki Valley no tiene nada que ver con el de Navacerrada, Peñalara o La Maliciosa. La última excursión ha sido a un refugio llamado Liverpool Hut.

Aspiring Hut

Los primeros kilómetros, hasta llegar a la Aspiring Hut son bastante sencillos y la única dificultad se presenta cuando hay que cruzar alguno de los muchos arroyos que se forman después de las lluvias o que tienen su origen en alguno de los más de 100 glaciares que hay en el valle. Precisamente estos glaciares son el mayor atractivo del valle, al menos para mi. Me parecen una de esas espectaculares manifestaciones de la naturaleza que tan poco frecuentemente se pueden observar.

Con las fuertes lluvias de las pasadas semanas se formaron torrentes que, en algunos casos han tirado abajo los puentes que facilitaban el camino, así que ahora hay que buscar la mejor manera de seguir adelante intentando no forzar demasiado la eficacia del Gore Tex o la capacidad de agarre de las suelas.

A ambos lados del valle, frondosos hayedos interrumpidos por cascadas temporales dejan paso a vegetación de alta montaña y, según avanza la mañana, las nubes empiezan a dejar ver algunos picos nevados y, a lo lejos, el Glaciar Boner, sobre el que se eleva el Mount Aspiring.

En el centro, un cauce enorme que en el periodo de deshielo debe llevar una cantidad de agua impresionante. Ahora, sin embargo, sólo impresiona el bonito color azul acero (CNV dixit) del agua.

En la Aspiring Hut hay una inscripción dedicada a la primera persona que ascendió este pico:

What if I live no more those kingly days?
Their night sleeps with me still
I dream my feet upon the starry ways
My heart rests in the hill
I may not grudge the little left undone
I hold the heights I keep the dreams I won
G.W.Y.

Después de repostar fuerzas, aún quedan 6 kilómetros hasta la base del Mount Liverpool, donde empieza lo realmente complicado porque, en un sólo kilómetro se salvan casi 500 metros de desnivel.

Es decir, una auténtica pared vertical de camino resbaladizo, con piedras húmedas, musgo y ramas que atraviesan el camino. Después de varias horas la subida pesa y hay que prestar mucha atención para no caerse o resbalar. La cosa se complica cuando, a medio camino, me encuentro a una chica, Amie, que tiene vértigo y que está sufriendo horrores a cada paso que da. La solidaridad de la montaña se impone y, a pesar de que empiezo a sufrir porque me quedo frío, la espero y la ayudo a subir.

Al final, la recompensa

La última parte del camino ha sido muy dura e incómoda. No puedes dejar de mirar donde pones pies y manos a riesgo de caerte. Empieza a hacer frío y sudas mucho pero lo peor es quedarse parado y enfriarse. Finalmente llegamos al refugio y Amie pronuncia la frase del día "ha merecido la pena el esfuerzo y pagar los quince dólares por conseguir estas vistas, que valen un millón". Es cierto, el lugar es un espectáculo y las vistas, con dos glaciares enfrente y el inmenso valle Matukituki a nuestros pies, impagables.

Liverpool Hut
Aún queda una hora de sol que disfruto tirado sobre el porche del refugio para descansar un poco y beber litros de agua. Dentro sólo hay una mesa y unas colchonetas. Ni siquiera hay luz o una chimenea. En cuanto se va el sol la temperatura baja muchísimo y queda poco que hacer. Afuera el cielo está precioso, lleno de estrellas y con una luna menguante que ilumina los picos nevados, pero hace demasiado frío como para quedarse afuera.
Rob Roy Glacier
Son las 9 y media y me voy a dormir. Mañana podré disfrutar de algunas horas de sol antes de empezar la bajada. El esfuerzo ha merecido la pena. Pocas veces se puede disfrutar de un lugar así.

Mount Aspiring

"Afortunada esa persona que tiene un sueño por el que luchar", Carlos Pauner sobre Tolo, montañero muerto en el K2.

jueves, 17 de marzo de 2011

Encuentros inesperados con las fuerzas del orden en Stewart Island - NZ

Stewart Island, la isla más al sur de NZ. 75 kms de largo y 40 de ancho. 450 habitantes. Sábado noche. Estoy contestando algunos mails pero tengo en mente acercarme al pub del pueblo cuando un hombre me dice que está cerrado, que había una fiesta pero han cerrado porque se ha liado.
A los pocos minutos empiezo a comprender lo que ha ocurrido porque empiezan a aparecer por el hostal un grupo de garrulos con evidentes síntomas de llevar bebiendo varios días sin parar. Llevan botas de agua (katiuscas en Madrid), gorras y parecen sacados de un documental sobre los granjeros de la NZ más rural.

A partir de este momento, la noche se empieza a animar y, aunque me da pena no haber podido disfrutar del sábado noche en el único pub de la isla, estos tipos son muy divertidos y llevan una castaña tan tremenda que, aunque no les entienda nada de lo que digan, me lo paso en grande con ellos. Además, nuestra amistad crece por momentos cuando me empiezan a invitar a latas de cerveza y de bourbon con cola. Eso siempre une mucho.

En la primera oleada han llegado 3 y dos de ellos, al ver a Cristina, mi nueva compañera de viaje, se han despelotado y se han sentado a su lado. A uno de ellos le ha preguntado el nombre y, articulando como podía, ha dicho "My name is naked, N-A-K-E-D". Casi me caigo al suelo de la risa.

En total son 27 y están en una despedida de soltero. Por la mañana han estado pescando "blue cod" y por la tarde han ido al pub del South Sea Hotel, de donde les han echado por romper unos cuantos vasos. Al final, el pub ha cerrado para evitar males mayores y se han venido para el hostal.

A eso de las 2.30 ha aparecido la policía. Bueno, el policía, porque sólo hay uno en todo el pueblo. Se llama Dale y su hijo, qué pequeño que es el mundo, vive en Cuenca y es escalador, así que seguro que mi hermana le conoce. A pesar de lo borde que se han puesto, Dale prefiere no mandar a nadie al cuartelillo porque entonces tendría que quedarse con los detenidos y no podría seguir vigilando lo que hacen el resto, así que les toma los datos a 3 y les deja ir, después de amenazarles con serias consecuancias si la siguen montando.

España le encanta y Barcelona le pareció espectacular, pero no puedo dejar de reírme cuando, después de presumir de sus dotes de sabueso y de conocer a la gente,  me cuenta que le robaron la mochila en el Parc Güell, donde deben usar técnicas aún desconocidas en este hemisferio. Decía que le gusta tanto España que se ha pasado un buen rato hablando del tema y eso ha hecho que se enfríe un poco la fiesta pero, después de que los chavales prometen que se portarían bien, Dale se marcha a su casa después de preguntarnos si queríamos ir a pescar al día siguiente. Mientras tanto, yo me tomos mis buenos bourbons a su salud.

¿A pescar y en barco? Pocas cosas me gustarían más, especialmente cuando se trata de pescar el famoso blue cod de Stewart Island. Quedamos en vernos a las 11 de la mañana pero me temo que todo se cancele cuando una hora después, alguien ha vuelto a quejarse del ruido y ha llamado al policía, que vuelve a aparecer y me pilla en medio del jaleo que se ha montado cuando uno de los muchachos se ha metido en pelotas en una de las habitaciones y se ha puesto a despertar a todo el mundo. Se acabó la fiesta, pero ha sido toda una experiencia ver a estos personajes divertirse.

Me levanto con un tsún-tsún en el occipital derecho, desayuno y aparece el policía puntual: nos vamos de pesca. Me subo en el 4X4 de la policía (esto ha sido un detalle importante que me ha gustado especialmente, ir dentro del coche patrulla sin estar detenido), enganchamos el remolque con el barco y nos vamos a Golden Bay, desde donde salimos para dar un paseo por la bahía antes de buscar algún sitio donde, sin fondear, lanzamos las cañas. En total sacamos unos 5 "trumpeter", 3 peces rojos que no recuerdo su nombre y unos 30 bacalaos, de los que sólo 7 u 8 tenían la medida mínima y claro, estando con la autoridad, no era plan de cometer más ilegalidades. En cualquier caso, más que suficiente. La verdad, un día espectacular en el que hemos visto albatros, pingüinos azules y una gran colonia de focas bien alejadas de la orilla porque un tiburón blanco merodeaba cerca. Sólo de mentarlo se me quitan las ganas de lavarme las manos en el mar, a ver si va a detectar la sangre en mis manos y me va a lanzar un bocado.
La cena del pescado capturado tendrá que esperar porque hoy es Ladie's night, así que nos vamos al pub del hotel a ver de qué se trata. Hoy, sin embargo, hay Quiz Night. Todo el pueblo, con una media de edad de 55 años y algunos turistas, están allí reunidos, sentados en mesas, cada una de las cuales es un equipo y todos tienen que responder a 40 preguntas de varios temas entre las que salen dos relacionadas con España, la frecuencia de la Vuelta a España y una sobre La Coruña. Stewart Island está a unos 15.000 kilómetros y, sin embargo, varios de los presentes han estado varias veces en España.

El día acaba con una fantástica cena en la casa del policía. Creo que nunca había intimado tanto con las fuerzas del orden.

Mañana toca trekking para conocer Horseshoe Bay.

En el coche suena Lykke Li, CSS, antiguas canciones de James y los grandes hits de Lloyd Cole.

PD: Espero que la foto con el coche patrulla haya servido para vencer las reticencias de los desconfiados.

-No creo en Papa Noel, no creo en Dios, no creo en Carlos Marx, no creo en nada de lo que adormece el mundo.
-Y cómo consigue dormir? Tendrá alguna filosofía?
-Me reservo el derecho a la ignorancia, es la manera de vivir occidental
-Yo no podría haberlo dicho mejor, creo que la ignorancia es una valiosa contribución al conocimiento del mundo
Richard Burton en THE SPY WHO CAME IN FROM THE COLD


viernes, 11 de marzo de 2011

El sucesor de "La bestia negra"


La "bestia negra" ha sido una de las cosas que más alegrías me ha dado en la vida y más me ha hecho disfrutar. Siempre fue sinónimo de buenos momentos, viajes y amigos. Supongo que algún mal pensado se ha imaginado cualquier cosa, pero siento defraudarles porque, para los que no lo sepan, me estoy refiriendo al primer coche que tuve.

Ese máquina de hacer kilómetros era un Volkswagen Passat familiar, diesel, enorme maletero donde siempre cabía todo, consumo mínimo y ningún tipo de lujo o equipamiento extra. Tan espartano era que no tenía ni parasoles, o como se llamen, y en su lugar usábamos unos trozos de cartón.

Cuántos fines de semanas, puentes y vacaciones disfruté con muchos amigos y con el Passat. Cuántos viajes a Gandía, al Cabo de Gata, a Pirineos, a Francia, a Cáceres, Sevilla, Málaga, Córdoba, Granada, etc. Lo gracioso es yo era el responsable del coche, que dormía en mi plaza de garaje pero yo no lo conducía porque no tenía carnet.

Después de la bestia negra me compré una Vespa y al poco tiempo empecé a encontrar empresas que dejaran un coche en mis manos voluntariamente.

Ayer, después de muchos años y por primera vez en mi vida, decidí comprar un coche para poder tener libertad de movimiento y llegar a todos, o casi todos, los rincones de Nueva Zelanda y no depender del transporte público. Me hubiese gustado tener a mi gran amigo Fernando al lado para que me ayudase pero, como no estaba, me consolé pensando que esta gente aún es sana y pura y no me iban a vender cualquier carraca. Vamos, que compré el segundo coche que ví asumiendo que el dueño, que era el jefe del concesionario de Mitsubishi, no me engañaría. La verdad es que si me hubiesen vendido una lavadora con ruedas, me habría parecido igual de bien porque mi conocimiento de mecánica es cercano al cero y no distingo

En resumen, el sucesor de la bestia negra en un grandioso Mitsubishi Chariot, un vehículo híbrido, que no se sabe si es coche, "fregoneta" o "station wagon", donde habría espacio para todos los López y donde lo que seguro que cabe es un colchón de 90 cms que me permite dormir en cualquier sitio. Es una gran responsabilidad ser sucesor de alguien y, de hecho, ser el primer coche que es mío, pero parece que esta máquina se desenvuelve bien en estas carreteras.
Mitsubishi Chariot

Esta mañana me he levantado y me he preparado un café, me he sentado en un banco y me he pasado un par de horas contemplando absorto la inmensa playa de Porpoise Bay, donde son frecuentes los delfines y, en algunos meses, las ballenas. Creo que es el sitio más bonito donde he estado hasta ahora en NZ. Al menos, es el "motor camp" con la mejor ubicación de todos. Por las noches la temperatura baja de los 10º pero esta mañana, mientras observaba a los delfines que se suelen dejar ver aquí, se podía estar en manga corta disfrutando de unas vistas espectaculares. Ayer, al atardecer, estuve viendo algunos pingüinos de "ojo amarillo" o "yellow eye penguin" y un bosque petrificado al lado del campamento de Curio Bay donde he dormido, otro espectáculo de la naturaleza.

Esta noche duermo en Invercargill y mañana me iré a Bluff, desde donde se toma el ferry para Stewart ISland, al Sur del Sur. A los neozelandeses les gusta engrandecerse y siempre hablan en comparación con el resto del hemisferio Sur. Después de Ushuaia, ésto debe ser lo más al Sur del hemisferio.
Nugget Point

Esta entrada del blog se la dedico a mis queridos Mica y Fernando, los que más disfrutaron a los mandos de la bestia.

Mientras escribo suenan en la radio canciones de los 80, Men from down under que conocí por Jaume Pujol y otros clásicos tremendos.

Mi personalidad está definida por la lucha interior entre mis ansias de libertad y la necesidad de seguridad y tranquilidad. DREW BARRYMORE

domingo, 6 de marzo de 2011

Haere Mai López


Hoy ha sido un día espectacular, de esos que hacen que las horas de viaje hasta aquí ya hayan merecido la pena, un día de esos en los que se te queda cara de tonto de tantas horas que pasas con la boca abierta por todas las cosas espectaculares que ves. En fin, un día de esos en los que me tengo que parar a pensar lo afortunado que soy por estar aquí y no me importa dar un poco de rabia.
En esta playa viven colonias de leones marinos y dos tipos de pingüinos, azules y amarillos
Todas las fotos son de la Península de Otago, un sitio del que David Bellamy, ese naturalista con barba que tenía un programa en la tele y aparecía entre las plantas, dijo que era el mejor ejemplo de ecoturismo que había conocido. ¿Alguien aprecia alguna urbanización?

HAERE MAI. Bienvenido a Nueva Zelanda.

Me doy cuenta que llevo aquí varios días y aún no nos hemos presentado, así que, al estilo de una guía, explicaré unos Fast facts about NZ o, en honor al que me puso el mote:

LA GUÍA DEL TÍO MATT – NZ

Nueva Zelanda tiene 4 millones de seres humanos y más de 40 millones de ovejas. Estés donde estés, miras alrededor y siempre ves ovejas. A pesar de ello, no hay queso de oveja. Aún no sé cómo pero tal desproporción entre personas humanas y ovejas en un país tan grande, debe generar algún efecto colateral sobre la población.
Como la población, hay blanquitos y morenitos
Los neozelandeses se dividen en maoríes, que son los indígenas y hablan un idioma ininteligible y los blanquitos, que tampoco hablan ninguna lengua que se pueda entender, aunque oficialmente hablen inglés. Los maoríes están bastante más integrados que los aborígenes australianos. Juegan al rugby y se saludan como David el Gnomo, frotándose la nariz.

Ah, malas noticias, Xena, la princesa guerrera, héroe de gays y lesbianas y cuyo origen se situaba en estas tierras, nunca ha estado en Nueva Zelanda. Lo he leído en una entrevista. Aquí el héroe nacional es Edmund Hillary, el primer blanquito que subió el Everest, que sí era de por aquí y no sólo eso, sino que era un humilde pastor de ovejas, lo cual les enorgullece aún más.

Nueva Zelanda es un país raro donde todo está del revés y boca abajo y no sólo porque sean una colonia inglesa, esa gente que se dedicó a hacerlo todo a su manera para diferenciarse del resto. De hecho, hoy he prestado atención para ver si el sol se pone realmente por el Oeste o si, como del pueblo de “Amanece que no es poco” se tratara, se pone por el otro lado. Mañana revisaré el mapa para ver si los ríos van hacia el Norte o hacia el Sur.

De los ingleses han heredado unas cuantas cosas como el mal tiempo, el césped, el gusto por la cerveza, el rugby y la famosa cocina británica, cuya aportación más sofisticada es el sandwich de jamón y queso con huevo cocido, todo un orgullo de la ciencia culinaria británica. También se parecen a ellos en que, a pesar de que parezca que va a nevar en cualquier momento y haga un viento de 80Kms/h, el personal va medio en pelotas.
Una bestia de 3 metros y 300 kilos que corren más de lo que parecen
Como decía, esta gente es rara porque beben como hooligans ingleses pero, a la vez, son más cívicos que los suizos y tienen más normas de conducta en las ciudades que en Barcelona. De hecho, temblad como Hereu se pase por aquí y vea la cantidad de carteles con prohibiciones y normas raras que tienes aquí. De hecho, empezad a practicar porque seguro que encuentra un motivo para justificar que se empiece a conducir por el otro lado.

A los habitantes de este país se les conoce como kiwis, pero no es por la fruta, sino por el animal nacional, un pájaro sin alas ni plumas, otro ejemplo de lo extraños que son porque, ¿a quién se le ocurre elegir ese bicho como emblema nacional? Bueno, la verdad es que un toro o un burro tampoco son ejemplos como para presumir.
Este es el único sitio en el mundo donde anidan albatros en tierra firme. Imízcoz, me acordé de ti porque algunos vienen desde Argentina
Sin embargo, parecería que este país es el infierno, cuando es un auténtico espectáculo de la naturaleza, con cantidad de animales que sólo se pueden encontrar aquí y que no dejan de sorprender. Además, la gente tiene un cierto espíritu de pueblo, de gente sana y amable. Todo el mundo te saluda por la calle, te sonríe y te ofrece ayuda en cuanto te ven perdido. De hecho, debe ser uno de los pocos países del mundo donde hacer autostop es algo habitual. Creo que me han dicho 50 veces “have a nice day”. A ver si mandan a las azafatas de Iberia una temporada por aquí.

La naturaleza extrema ya me lo esperaba pero lo amigable que es todo el mundo ha sido una muy grata sorpresa. Bueno, me cuentan que los habitantes de la isla del Sur, aunque no sean independentistas, piensan que los del Norte, donde está Auckland o la capital, Wellington, deberían convertirse en otro país porque han perdido ese espíritu campechano.

Espero que estos datos os hayan ilustrado algo. Seguiré preguntando para daros más información en unos días...
Sí, eso de ahí detrás es un fiero león marino o Sea Lion que dicen aquí. Hacía un frío que aún me dura en el cuerpo
Ah, ayer escuchaba a Juliette & The Licks, que consigue animar al más cansado de los caminantes, aunque la canción de la semana ha sido Anyone's Ghost, de The National.

It is not the mountain we conquer, but ourselves. SIR EDMUND HILLARY

sábado, 5 de marzo de 2011

Último comentario sobre Christchurch, espero


Podría limitarme a contar lo espectacular que me está pareciendo éste país y omitir lo que está pasando, pero creo que, antes de pasar a describir lo que he visto estos días, necesito intentar explicar otra de las grandezas de Nueva Zelanda.

Las noticias sobre el terremoto, sus efectos y las tareas de búsqueda de lo que ya asumen como víctimas, no sólo ocupan gran parte de las noticias en TV y en los periódicos, sino que está presente en todos los pueblos y ciudades y es el principal tema de conversación de todo el mundo. Al fin y al cabo, ha sido la mayor tragedia que ha sufrido este país.

Me parece impresionante cómo todo el país está absolutamente hundido y, a la vez, volcado en la búsqueda de fondos para la reconstrucción de la ciudad, alojamiento para los que han perdido su hogar o trabajo para los que lo se han quedado sin empresa o ésta ha cerrado o desaparecido.

Cada uno contribuye como puede y los ejemplos son habituales cuando te paseas por cualquier pueblo o ciudad; los museos son gratuitos para los habitantes de Christchurch, las cadenas de supermercados donan parte de las ventas, se organizan colectas, partidos benéficos, etc.

Lo que más me ha impactado es la gran solidaridad que muestra todo el país, como si le hubiese pasado directamente a alguien de la familia. Creo que es el reflejo de ese sano espíritu como de pueblo que hace que todo el mundo te salude por la calle.

Desafortunadamente y aunque el terremoto ya ha pasado y se calcula que serán unas 250 las víctimas, creo que lo peor está aún por venir porque la segunda tragedia la van a padecer las miles de personas que van a sufrir un “destierro” de sus hogares dado que se calcula que el centro de Christchurch va a permanecer cerrado al menos 7 meses y puede que un año.

Al menos 50.000 habitantes han abandonado sus hogares y se han marchado a otras ciudades en los vuelos especiales, pero seguramente sean muchísimas más las que lo han hecho en coche, tren o autobús. Toda esa gente lo tuvo que dejar todo y no sólo no saben cuándo podrán volver, sino que no tienen claro si sus casas seguirán en pie si es que deciden hacerlo.

De nuevo, en medio de toda esta tragedia, es impactante ver la solidaridad de la gente. En Dunedin, que es donde estoy, han abierto una “embajada” para atender a los desplazados y proporcionarles comida y alojamiento, los estudiantes desplazados han sido reubicados en colegios o en la universidad, hay multitud de actos para recaudar fondos y es como si toda la población estuviera volcada en la reconstrucción.

En medio de tanto desastre, es bastante emocionante ver a toda esta gente dando un ejemplo del que muchos deberíamos tomar nota.

Y con esto, se acaban las noticias de Christchurch, o eso espero porque parece que ayer hubo un pequeño seísmo en la isla Norte, a donde no llegaré hasta dentro de 6 semanas.

jueves, 3 de marzo de 2011

De Christchurch a Dunedin


"Unfortunately your hotel is inside the city center cordon where no person is allowed to get in. Right now, there is not a single bed available in the city so you should stay at the airport until tomorrow morning"

Son las 11 de la noche y estoy cansado del viaje desde Melbourne. Aún me he acabado de acostumbrar al cambio de hora y parece que esta noche tampoco lo lograré. Sinceramente, después de recibir una confirmación esta misma tarde de mi reserva, no me esperaba este recibimiento, pero luego me han dicho que toda la gente que vivía en el centro ha sido evacuada y no han podido ni avisar.

La llegada a Christchurch me produce sentimientos encontrados. Por un lado, pienso que ahí afuera sólo me puedo encontrar una ciudad desolada y sumida aún en cierto caos, una población intentando recuperarse anímicamente de la catástrofe que les ha tocado padecer y bastantes personas destrozadas por la pérdida de seres queridos.

Por otro lado, sé que no es precisamente el destino ideal para comenzar este sueño, pero ya me había hecho a la idea, al no poder cambiar el billete, de pasar un día en lo que queda de la ciudad y ver con mis propios ojos los efectos devastadores de la naturaleza. Pensaba que, lo mismo que me impresiona ver ciertos fenómenos geológicos y sus efectos en la naturaleza, me produciría gran impacto, rodeado de un morbo malsano, ver lo que sucede cuando eso mismo ocurre en "territorio humano".

En el aeropuerto sigue habiendo gente arreglando los desperfectos. Hay grandes carteles que indican dónde poder obtener comida y cama si lo has perdido todo y aunque ya no es tan caótico como hace unos días, está plagado de gente que no tiene alojamiento y que está esperando una plaza en algún avión para salir de aquí o, como me sucede a mi, le toca pasar la noche en cualquier rincón esperando a alguno de los autobuses que, a primera hora de la mañana salen hacia el Sur.

Todo el centro de la ciudad está acordonado y los bomberos calculan que deberá permanecer cerrada durante no menos de 7 meses hasta que se terminen las labores de demolición. Esta mañana, mientras veía las noticias de la BBC, una mujer se me ha acercado y, cuando han empezado a hablar de los cuerpos que esperan encontrar bajo los escombros de la catedral, se ha puesto a llorar. Ha sido muy duro verlo tan cerca y creo que lo mejor es que me marche esta misma mañana.




En mi caso intentaré llegar a Dunedin y de allí a Queenstown para visitar la zona de los fiordos, un destino mucho más bucólico que Christchurch, que tendrá que esperar indefinidamente.

Esto acaba de empezar, pero nadie dijo que sería fácil, ni difícil, simplemente una aventura y como tal, disfruto hasta de los momentos complicados.