viernes, 25 de marzo de 2011

Liverpool Hut - Mount Aspiring National Park - NZ


Las botas Chiruca de los López

En la entrada de la casa de mis padres hay un arcón en el que se guardan los zapatos. Cuando era más pequeño estaba llenos de botas Chiruca que usábamos para ir al campo. Había de todos los tamaños, como corresponde a una familia numerosa, así que siempre podías encontrar tu número. Nunca era un par nuevo, al menos para mi, pero siempre había alguno de mi talla.

En verano, todo el contenido del arcón, junto con los integrantes de la familia, nos mudábamos a la casa de mi abuela en la mundialmente conocida "sierra de Madrid", que es un sitio concreto y de ubicación definida, al contrario que la no menos conocida "playa de Madrid", que se extiende, sin fin, miles de kilómetros a lo largo de la costa peninsular.

Durante nuestra estancia veraniega, López Sr. nos hacía madrugar, repartía botas para todos los López y nos llevaba a subir a los montes de la Sierra de Guadarrama para poder dejar tranquila a mi madre y que pudiera pintar o dedicarse a sus manualidades.

Durante los últimos días he hecho unas cuantas caminatas y, mientras andaba, me he acordado mucho de esos inicios campestres y de todas las excursiones posteriores que he hecho con muchos de mis amigos. Evidentemente, el paisaje del Matukituki Valley no tiene nada que ver con el de Navacerrada, Peñalara o La Maliciosa. La última excursión ha sido a un refugio llamado Liverpool Hut.

Aspiring Hut

Los primeros kilómetros, hasta llegar a la Aspiring Hut son bastante sencillos y la única dificultad se presenta cuando hay que cruzar alguno de los muchos arroyos que se forman después de las lluvias o que tienen su origen en alguno de los más de 100 glaciares que hay en el valle. Precisamente estos glaciares son el mayor atractivo del valle, al menos para mi. Me parecen una de esas espectaculares manifestaciones de la naturaleza que tan poco frecuentemente se pueden observar.

Con las fuertes lluvias de las pasadas semanas se formaron torrentes que, en algunos casos han tirado abajo los puentes que facilitaban el camino, así que ahora hay que buscar la mejor manera de seguir adelante intentando no forzar demasiado la eficacia del Gore Tex o la capacidad de agarre de las suelas.

A ambos lados del valle, frondosos hayedos interrumpidos por cascadas temporales dejan paso a vegetación de alta montaña y, según avanza la mañana, las nubes empiezan a dejar ver algunos picos nevados y, a lo lejos, el Glaciar Boner, sobre el que se eleva el Mount Aspiring.

En el centro, un cauce enorme que en el periodo de deshielo debe llevar una cantidad de agua impresionante. Ahora, sin embargo, sólo impresiona el bonito color azul acero (CNV dixit) del agua.

En la Aspiring Hut hay una inscripción dedicada a la primera persona que ascendió este pico:

What if I live no more those kingly days?
Their night sleeps with me still
I dream my feet upon the starry ways
My heart rests in the hill
I may not grudge the little left undone
I hold the heights I keep the dreams I won
G.W.Y.

Después de repostar fuerzas, aún quedan 6 kilómetros hasta la base del Mount Liverpool, donde empieza lo realmente complicado porque, en un sólo kilómetro se salvan casi 500 metros de desnivel.

Es decir, una auténtica pared vertical de camino resbaladizo, con piedras húmedas, musgo y ramas que atraviesan el camino. Después de varias horas la subida pesa y hay que prestar mucha atención para no caerse o resbalar. La cosa se complica cuando, a medio camino, me encuentro a una chica, Amie, que tiene vértigo y que está sufriendo horrores a cada paso que da. La solidaridad de la montaña se impone y, a pesar de que empiezo a sufrir porque me quedo frío, la espero y la ayudo a subir.

Al final, la recompensa

La última parte del camino ha sido muy dura e incómoda. No puedes dejar de mirar donde pones pies y manos a riesgo de caerte. Empieza a hacer frío y sudas mucho pero lo peor es quedarse parado y enfriarse. Finalmente llegamos al refugio y Amie pronuncia la frase del día "ha merecido la pena el esfuerzo y pagar los quince dólares por conseguir estas vistas, que valen un millón". Es cierto, el lugar es un espectáculo y las vistas, con dos glaciares enfrente y el inmenso valle Matukituki a nuestros pies, impagables.

Liverpool Hut
Aún queda una hora de sol que disfruto tirado sobre el porche del refugio para descansar un poco y beber litros de agua. Dentro sólo hay una mesa y unas colchonetas. Ni siquiera hay luz o una chimenea. En cuanto se va el sol la temperatura baja muchísimo y queda poco que hacer. Afuera el cielo está precioso, lleno de estrellas y con una luna menguante que ilumina los picos nevados, pero hace demasiado frío como para quedarse afuera.
Rob Roy Glacier
Son las 9 y media y me voy a dormir. Mañana podré disfrutar de algunas horas de sol antes de empezar la bajada. El esfuerzo ha merecido la pena. Pocas veces se puede disfrutar de un lugar así.

Mount Aspiring

"Afortunada esa persona que tiene un sueño por el que luchar", Carlos Pauner sobre Tolo, montañero muerto en el K2.

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